¿Cómo lidiar con nuestros cuerpos? ¿Cómo encaramos las transformaciones, la exposición, las expectativas, los cuidados? ¿Cuáles son las angustias relacionadas con ello?
Con el fin de entender la relación de las mujeres con sus cuerpos, Natura, la compañía cosmética multinacional de origen brasileño realizó un estudio en diferentes países de Latinoamérica liderado por la antropóloga Paula Pinto para investigar y contestar estas interrogantes, analizando y comparando las percepciones de diferentes mujeres en Argentina, Brasil y México.
Mujeres que transforman conversó con diez mujeres peruanas de distintas edades para recoger más experiencias y testimonios en el contexto local.
“Cuando me veo bien es porque me siento bien por dentro”. “A veces extraño el cuerpo que tenía antes de que fuera madre por segunda vez, pero sólo me queda aceptar el cambio”. Cuando era niña me molestaban por ser voluptuosa, me daba un poco de vergüenza, pero no me molestaba porque mi cuerpo me sigue gustando”.
Estas son algunas frases recogidas de los testimonios de las diferentes mujeres peruanas que fueron entrevistadas y a las que se les preguntó por la relación que tienen con su cuerpo y cómo lo han ido construyendo con el paso del tiempo.
Para entender cómo nos percibimos físicamente, el antropólogo francés Le Breton citado en este estudio, habla de la manera occidental de relacionarse con la corporalidad, la cual está marcada por un dualismo que genera una percepción dividida entre cuerpo y mente. Se habla del cuerpo como algo externo, un objeto sobre el cual se actúa, una parte de mí.
Hablar sobre el cuerpo ayuda a pensar sobre el cuerpo y convivir mejor con él. Aunque, el individuo en la sociedad moderna piensa en el cuerpo como algo material, como soporte y vehículo de la persona materia imperfecta, corregible y dispensable.
Sin embargo, que en la percepción del cuerpo no occidental existe una visión de continuidad entre este y la sustancia del mundo. El cuerpo y la naturaleza o mundo comparten la misma materia prima. Se ven como parte integrada de un todo.
En este sentido la Gerente de Marketing Producto, Fiorella Solari, agregó que Natura busca constantemente incentivar a las mujeres a tener una percepción más realista y positiva de sus propios cuerpos, independientemente de sus edades y así, ellas mismas puedan revalorar la belleza en cada etapa de sus vidas.
Partiendo de la construcción de los estereotipos de la belleza, observados en la publicidad y otros elementos de comunicación e incluso los espacios como la familia y la escuela, la gordura no es grata, y existe una obsesión con la delgadez, incluyendo los trastornos alimenticios o el frenesí de las cirugías estéticas.
El estudio encontró que hay menos mujeres totalmente satisfechas con su propio cuerpo y más mujeres insatisfechas en algún nivel. Desde la investigación realizada en Argentina, la búsqueda por alcanzar un ideal de belleza femenina resultó en elevados índices de cirugías estéticas, anorexia y bulimia entre mujeres, todo esto en medio de un contexto de discriminación sexual, racial, económica, generacional y de aumento de la desigualdad de distribución de riqueza.
En cifras,se concluyó que el 36 % de las argentinas está en desacuerdo con su cuerpo y que el 40 % de ellas considera que las personas delgadas tienen mejor participación social.
Respecto a lo conversado con las mujeres peruanas, la aceptación del cuerpo estaba condicionada por el desarrollo económico y profesional, pues la mayoría indicó que al sentirse realizadas en el ámbito académico y laboral o al alcanzar independencia en sus finanzas, se sentían mucho más seguras de sí mismas, fortaleciendo su autoestima y su desarrollo integral.
Bajo la misma temperatura y haciendo las mismas actividades, los cuerpos femeninos tienen presentaciones bien distintas: en la Ciudad de México y en varias otras regiones del país la orden es mantener el cuerpo menos visible, más cubierto, sobre todo para las mujeres. Esta característica también se observa en la sociedad peruana, pues la idiosincrasia de ambos países guarda varias similitudes.
Gracias al estudio de la antropóloga Paula Pinto, las mujeres buscan consumir productos de belleza, ya no desde la perspectiva de verse perfectas, sino más bien entendiendo que todo cuerpo es naturaleza y cultura, singular y plural. Individual y colectivo. Organismo vivo y representación social. Todo cuerpo narra una trayectoria y cuenta una historia, que nunca tiene un punto final. Todo cuerpo es imperfecto, es construcción y se descubre, aunque esté cubierto. Por ello, cuidarlo no tiene como fin un cuerpo perfecto, sino más bien quererlo como tal.
Escribe: Joselyn Leyva