En 2018, una mujer fue asesinada por un hombre cada dos días, según registros del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. En 9 de cada 10 casos registrados, los feminicidas son las parejas o ex parejas de sus víctimas. En la gran mayoría de casos, no era la primera vez que las agredían, lo cual revela oportunidades desaprovechadas para intervenir y proteger sus vidas.
Fortalecer la prevención de la violencia de género y la provisión efectiva de servicios integrados de atención a las sobrevivientes son imperativos urgentes y condiciones esenciales para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo. Dicha violencia se sostiene en la perpetuación de desigualdades entre hombres y mujeres. Por lo tanto, se debe identificar y priorizar acciones para superarlas.
Para reducir las desigualdades, se requiere una educación que fomente valores y actitudes positivas, el respeto de los derechos humanos y la igualdad de género, tal como se promueve a través de la integración del enfoque de género en el Currículo Escolar. Garantizar una respuesta oportuna, digna y efectiva a la violencia de género implica poner a la mujer en el centro de la provisión de los servicios, asegurar la calidad de los mismos y lograr una articulación intersectorial óptima que incluya sistemas de información unificados e integrados.
Asimismo, es necesario asegurar sanciones a los agresores. Ello amerita el fortalecimiento sostenido de las capacidades de los operadores de justicia en el conocimiento de la normativa que sanciona la violencia de género, el uso de estándares internacionales pertinentes y la aplicación de los enfoques de género y de derechos humanos en el procesamiento de los casos.
El Estado peruano ha dado importantes pasos en esa dirección: ha aprobado planes nacionales que abordan la violencia de género, incorporó el delito de feminicidio en el Código Penal, creó la Comisión de Justicia de Género del Poder Judicial, y asignó 271 millones de soles adicionales en el presupuesto público 2019 para mejorar su respuesta a este problema.
El desarrollo sostenible solo es viable al construir una sociedad donde las mujeres puedan vivir una vida libre de violencia y con igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Solo así se podrá avanzar en el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos por el Perú en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el Programa de Acción de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo y el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo.
Alcanzar este objetivo pasa por continuar fortaleciendo las políticas y servicios públicos desde los ámbitos de la educación, la atención a las sobrevivientes de violencia y la sanción a los perpetuadores.
Escribe: UNFPA