“Soy una convencida de que la mujer tiene absoluto derecho de vestirse como quiere. Si desea ponerse una minifalda, llevar ropa bien apretada o andar como monja, que lo haga. Si quiere tener el pelo rojo, verde o amarillo, puede hacerlo. Nadie tiene derecho–sea hombre o mujer- de opinar, de juzgar o hacerla víctima de violencia psicológica, física o verbal. Vivimos en una sociedad machista y esa realidad debe de cambiar… y está cambiando”.
La frase es de Mary del Águila Peralta, Directora Ejecutiva del CEAM-Centro de Altos Estudios de la Moda, instituto dedicado a la formación de profesionales dedicados al diseño y a la gestión de la moda. A los 38 años, ha convertido este espacio en una verdadera trinchera de cambio, consciente que desde la moda se puede romper prejuicios, empoderar a la mujer y generar puestos de liderazgo.
Desde su oficina en el segundo piso del instituto que dirige en Miraflores, comparte sus reflexiones no solo sobre la misión que la ocupa sino sobre el contexto actual de violencia hacia la mujer. En los primeros nueve días del año se han cometido cinco feminicidios. Hombres celosos asesinaron a sus parejas y nos recordaron que vivimos en una sociedad que no tolera, que ataca, que mata. “Tenemos que ser una sociedad más abierta, más empática y creo que la moda -desde el punto de vista pedagógico y con la formación de buenos profesionales con valores- puede ayudar a cambiar eso”, añade, pensando sobre todo en que el 90% de sus estudiantes son mujeres que buscan en la moda no solo una carrera, sino también crear empresa, innovar, trasgredir, crear identidad y romper prejuicios. En pocas palabras, empoderar a la mujer, hacer una sociedad más equitativa.
“La moda es un canal de comunicación muy poderoso. Esta nueva generación de diseñadores la tiene muy clara y son más conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor, con los temas políticos o medioambientales. Como sociedad ya no somos pasivos y los diseñadores quieren mostrar estos problemas a través de sus creaciones. Buscan manifestarse, usan frases contra la violencia de género o los feminicidios”, dice Del Águila y recuerda a Lucía Cuba, diseñadora que a través de sus colecciones toca temas políticos como las esterilizaciones forzadas que practicó el gobierno de Alberto Fujimori en el Perú entre 1996-2000.
La difícil tarea de una líder
Del Águila Peralta es administradora y economista graduada en la Clark University de Boston, Estados Unidos. Tiene un MBA en Marketing, por la misma universidad. Dirige el CEAM hace diez años y desde su posición de liderazgo busca el crecimiento del instituto. Durante su gestión la escuela ha tenido un crecimiento del 400% (un promedio de 35% anual). Su sede de Miraflores alberga unos 600 alumnos. Tanto así que este año abrirán un nuevo local en San Borja. Luego de la consolidación en Lima, al mediano plazo, buscará llevar el CEAM a provincias. Trujillo, Chiclayo o Arequipa son opciones.
Aunque lo suyo es la administración y la economía, Del Águila siempre ha vivido ligada a la moda, su madre es la reconocida diseñadora Norka Peralta. Reconoce que ha tenido una posición de privilegio, ya que retornó al Perú y le dieron el encargo de dirigir un imperio de la moda, sin embargo, la tarea ha estado llena de batallas contra viejas taras ¿Cómo ha sido para ella manejar una empresa, sabiendo que existen pocas mujeres en posiciones de liderazgo en el Perú?
“Sabemos que existe inequidad de género en el país. Cultural y socialmente lo he sentido más”, afirma. “Mentiría si digo que me costó competir, jugarme un puesto, un trabajo, un sueldo. Pero sí considero que el rol de la mujer no es fácil. En el día a día la brecha es grande y el machismo es brutal”, remarca, pero asegura que su carácter fuerte la ha ayudado a enfrentarse a una sociedad desigual.
“Me formaron sabiendo que todos somos iguales. Pero desde el punto profesional hay hombres que les molesta tener una mujer en posición de liderazgo. No les gusta que les manden y se les nota la incomodidad”, afirma sabiendo que la inclusión de la mujer en puestos claves es cada vez más frecuente. Solo es cuestión de tiempo para que la brecha se vaya acortando. La moda –afirma Del Águila- es un frente desde donde comienzan a manifestarse ya que van adquiriendo conocimientos, habilidades blandas y tienen un nicho grande para explotar todo su potencial. “Ya se verán los resultados”, dice. Y no se equivoca.
Escribe: David Gavidia