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Mujeres Que Transforman es una plataforma que busca visibilizar los emprendimientos que realizan las mujeres en el Perú, así como las problemáticas y desafíos al que se enfrentan día tras día.

Lo ambiental debe ser imprescindible en la decisión de los gobiernos, empresas y ciudadanos

“El principal reto del ministerio es lograr que el tema ambiental esté insertado en cada decisión tomada en el Perú. Ya sea decisiones de política pública, empresariales o en la casa. Todos, en los diferentes ámbitos o espacios en los que nos movemos, podemos contribuir a tener mejor calidad de vida, una vida más sostenible”, dice Fabiola Muñoz Dodero, ministra del Ambiente.

A sus 46 años, la abogada confiesa que nunca pensó en ocupar este cargo, pero sí recuerda que desde joven le gustó relacionarse con la naturaleza. Las políticas públicas le llamaron la atención en Derecho, así como recursos naturales, lo forestal y pueblos indígenas, y tiene un diploma en educación intercultural y una maestría en género, población y desarrollo. “Las políticas públicas pueden mejorar la calidad de vida de las personas”, afirma. Desde su portafolio ella quiere cambiar el chip de las personas.

Desde que ha iniciado funciones se muestra dinámica. Y si bien la hemos visto en campañas de reciclaje en eventos públicos, de limpieza de playas, en los diálogos del reglamento de la Ley Marco de Cambio Climático y generando conciencia en la ciudadanía para dejar el plástico de un solo uso, tiene más intereses y prioridades. De hecho, la principal es la gestión de residuos sólidos.

“Lo que nosotros tenemos que hacer es priorizar aquello que afecta más la calidad de vida de los ciudadanos. Para las zonas del ámbito urbano, que es donde tenemos mayor cantidad de población en el país, el tema de los residuos sólidos y las aguas servidas (y su tratamiento) son dos problemas enormes. La mala gestión de residuos sólidos y de aguas servidas llega al mar. Miles de hombres y mujeres viven de los recursos del mar. La seguridad alimentaria mucho depende de estos recursos. El mar es un espacio donde hemos mirado poco, le hemos extraído mucho y hemos ensuciado un montón. Claro, lo vemos azul y no sabemos lo que está debajo. Hacer visible el tema del mar también es una de nuestras prioridades”, detalla.

El tema de la regulación ambiental también le preocupa. Asimismo, detener la deforestación, tener un parque automotor más saludable, con menos emisiones. Y para ello -reconoce- son necesarias las alianzas: con otros ministerios e instituciones, empresas y ciudadanía, pues para enfrentar estos retos un solo ministerio no lo puede hacer. “El reto del Ministerio del Ambiente (Minam) es lograr que el tema ambiental sea un tema que uno reconozca como imprescindible en cada decisión que tome. No importa si uno está construyendo un proyecto minero o comprando el pan. Puedes comprar el pan en bolsa de tela y no de plástico. O puedes construir el proyecto minero desalinizando agua y haciendo una adecuada gestión de la sal después de desalinizar. Todas las decisiones pueden tener un componente ambiental importante”, dice.

No le preocupa cuando algunos empresarios -de esos que no siguen la tendencia global en busca de un planeta limpio- se quejan o sugieren que el Minam traba el desarrollo del país. Opinión que no es novedad, pero que no tiene asidero. En lugar de enfrentarse a estos, la ministra prefiere el diálogo y el convencimiento. “Lo que debemos es demostrar con ejemplos exitosos lo fácil que es incorporar el componente ambiental y lo útil que es para la vida de la persona y para el sector empresarial”. De hecho, la buscan empresarios que quieren sumarse a las campañas contra el cambio climático y la reducción del plástico, por ejemplo. También se reúne con mineros que buscan ser sostenible, que trabajan con las comunidades cercanas a sus lugares de operación y que buscan además compartir experiencia con este portafolio. “Unos y otros quieren trabajar por un país más limpio, lo que tratamos de hacer desde el ministerio es vincularlos, relacionarlos para que trabajen de manera conjunta”, subraya Muñoz.

Las empresas que se preocupan por el componente ambiental -continúa- tienen más ganancia y buscan aplicar la economía circular. “El enfoque ambiental es una inversión para generar más valor. Eso es lo que necesitamos hacer. Evidenciar, con casos prácticos en la vida de la gente, de las empresas, de las industrias, que el componente ambiental no es un gasto sino una inversión. Un ejemplo lo podemos encontrar en quienes están invirtiendo en usar mejor el agua”, señala.

Tampoco le quita el sueño que la ley del plástico no haya sido aún aprobada en el Congreso de la República. Si bien hay voces desde la industria que no están de acuerdo con la norma, ella prefiere pensar que los que hay es una pausa y confía en que se pongan de acuerdo y se mantenga la disposición de terminar con el plástico de un solo uso y el tecnopor a partir del 2021. “El regalo perfecto para el país en su Bicentenario”, resalta. Mientras tanto, ella da el ejemplo en el mercado y en los supermercados, con sus bolsas de tela y canastas, aunque eso le demande estar mas tiempo en cola. “Tenemos que dar el ejemplo, además, desde el Ejecutivo estamos muy comprometidos con la reducción del uso de plástico de un solo uso”, asiente. En efecto, esta ley fue mencionada en el reciente mensaje de Fiestas Patrias del presidente Martín Vizcarra.

La ministra cree al igual que el mandatario en el desarrollo económico pero con responsabilidad empresarial y ambiental. “Se puede hacer minería e hidrocarburos con los estándares adecuados. Ese es el enfoque que estamos impulsando en nuestra propuesta de la reserva del norte, del Mar Tropical de Grau. En ese espacio de mar existen muchas actividades económicas. Existe pesca artesanal, turismo, una extraordinaria biodiversidad. La gastronomía de la zona y de muchas partes del país se provee de ahí. Y allí hay actividad hidrocarburífera. La propuesta es ordenarnos, crear un área protegida que se encargue del otro componente importante, que es asegurar que la biodiversidad siga existiendo y compatibilizamos el trabajo entre hidrocarburos, pesca artesanal en la zona del banco de Máncora, que es la parte que está fuera de la costa, más adentro de las 5 millas”, explica.

Y en el caso de la minería, señala que necesitamos asegurar la calidad del agua para la gente y necesitamos asegurar que el suelo no se va a contaminar: “Un relave no debe ir a terminar en el mar. Hace 50 años o 100 se permitía porque la gente no era consciente del impacto ambiental que tenía. Pero, hoy en día, ya no es permitido. Para nosotros, desde el Ejecutivo, ese es el tipo de actividad económica que queremos. Una que se mire de igual a igual con la agricultura, la pesca y el turismo”.

En diciembre se llevará a cabo la COP24 de cambio climático, en Polonia, y Muñoz espera poder mostrar ante la comunidad internacional que la Ley de Cambio Climático en el Perú ya tiene reglamento y está lista para su implementación y así el país empieza a cumplir con lo suscrito en el Acuerdo de París. Por supuesto, también espera que para entonces ya esté promulgada la Ley del Plástico. Mientras tanto, asegura que seguirá trabajando para fortalecer al Minam.


Alberto Ñiquen
Periodista. Editor en Lamula.pe