Son muy poderosas las imágenes de miles de mujeres argentinas exigiendo su derecho al aborto libre y seguro y luego celebrando -en medio de llantos y gritos de alegría- el resultado de un voto mayoritario a favor del mismo en la Cámara de Diputados. Mas poderoso es ver cómo las calles de Buenos Aires se tiñeron de verde mostrándonos, una vez más, la importancia de los espacios públicos como escenarios para la lucha por garantizar nuestros derechos. Así, en el camino hacia la igualdad, no solo necesitamos más personas comprometidas sino también ciudades feministas.
¿A qué me refiero con esto? Déjenme explicarlo. Como ya lo saben, la desigualdad y la brecha de género tiene efectos en la sociedad, en general, y se expresa en la vida cotidiana de las personas, en el tipo de ciudades en las que vivimos. De hecho, casi siempre la planificación urbana suele tener en cuenta a la “persona promedio” que es, en la mayoría de los casos hombre, adulto, sano y blanco. Por eso, se promueven distintos enfoques para poder proveer servicios urbanos que atiendan a las necesidades de niños, adultos mayores, grupos vulnerables y, por supuesto, mujeres. He ahí la importancia de incorporar el enfoque de género a la planificación, gestión y diseño de ciudades.
Sólo por citar algunos ejemplos concretos en cuanto a la movilidad urbana: las mujeres caminan más que los hombres, usan menos el automóvil privado, realizan más trayectos cada día y son sujetas a acoso sexual callejero, riesgo de violación y otros peligros en su diario transitar. Peor aún si son niñas o adolescentes, pues se disparan los “puntos de riesgo” y deben recurrir a estrategias colectivas, para protegerse de los mañosos del transporte público, o estrategias familiares, recurriendo necesariamente a que un miembro de su familia las acompañe o espere en un punto de la ciudad (esquina o paradero). Las ciudades son más chicas para las mujeres, sus límites más cercanos y sus oportunidades menores. En suma, su libertad es restringida.
En el mundo urbano hay una lucha pendiente, la del derecho a la ciudad. A obtener una ciudad en la que podamos participar en su transformación, que nos brinde oportunidades y que atienda nuestras necesidades. Ese derecho a la ciudad incorpora un enfoque de género y esto es clave para reconocer la valiosa diversidad de la especie humana. Con esta perspectiva podremos reconocer las cualidades que poseemos y tomar decisiones de política pública que faciliten la vida de las mujeres, sus deberes de cuidado (que aún se encuentran mayoritariamente bajo su responsabilidad), asegurar su desarrollo económico y garantizar su seguridad personal.
Por eso es que me parecen tan poéticas las imágenes de las mujeres, jóvenes y adultas, con bebés cargados en bandoleras o en brazos, con pelo negro o pelo castaño, llorando y sonriendo, pues con su lucha y sus logros -en este caso por el aborto libre y seguro- también demuestran que la ciudad es de ellas. Se la apropian, la hacen suya, la aprovechan, la disfrutan, les brinda dicha y felicidad. Ojalá esto fuera posible cada día y precisamente para lograrlo es que necesitamos ciudades feministas.
En esta edición de Mujeres que Transforman, conoceremos las historias de varias mujeres peruanas que tienen un rol clave en la evolución de nuestras ciudades, sus espacios públicos y los servicios que recibimos. Así, además de datos de las encuestas de Lima Cómo Vamos, conoceremos cómo se construyen espacios públicos pensando en las mujeres, cómo se puede mejorar la educación pública desde la arquitectura o la vivienda social. Aprenderemos sobre el destino de la basura que se genera en las ciudades y en manos de quienes acaba y sobre la defensa de espacios públicos y construcción comunitaria que mujeres valientes están liderando en sus propios barrios. Todas historias inspiradoras y transformadoras que demuestran que el desarrollo urbano no solo necesita de un enfoque de género, sino que nuestras ciudades están siendo, en estos momentos, atendidas por mujeres. Mujeres fuertes y con una clara misión: hacer del lugar donde viven un lugar mejor para ellas, para sus hijas y para sus nietas.
Mariana Alegre
Editora invitada de MQT para el tema de mujeres, ciudades sostenibles y espacios públicos.