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Mujeres Que Transforman es una plataforma que busca visibilizar los emprendimientos que realizan las mujeres en el Perú, así como las problemáticas y desafíos al que se enfrentan día tras día.

La chica imbatible resolviendo problemas de matemáticas

Mónica no cree que existan pocas mujeres en el campo de los números porque ellas no se sientan capaces, sino que ensaya otra explicación: “Por ejemplo, cuando yo estaba en cuarto de primaria, fuimos seleccionadas varias chicas y chicos a un grupo de estudios. Puede que hubiera una chica muy buena, pero que viviese muy lejos. Entonces sus padres no la dejaban ir por temor. Da miedo que una niña de 9 años tome un carro. Para las chicas es un poco difícil estar en la calle y peor si son niñas”.

Con esa simplicidad y claridad que da la juventud, Mónica Martínez Sánchez (16) explica la situación que viven miles de chicas que como ella ven limitado su talento por las circunstancias, por la desigualdad. Ella, sin embargo, ya ha probado el dulce del éxito a base de esfuerzo. Es imbatible resolviendo problemas de matemáticas. Gracias a esta última habilidad obtuvo una medalla de oro en la Olimpiada Europea Femenina de Matemática (EGMO, por sus siglas en inglés).

Al llegar a su colegio en Jesús María, nos saluda tímidamente. Toma unos caramelos del bowl de la sala de profesores y los comparte para romper el hielo. Su inhibición desaparece cuando nos adelanta uno de sus logros: en julio asistirá la Olimpiada Internacional de Matemática (IMO, por sus siglas en inglés) en Rumania, certamen a la que no asiste una mujer peruana desde hace 11 años.

Asegura que no se estresa a pesar de que estudia de 8 am a 5 pm. durante seis días de la semana. “Me estreso solo cuando no encuentro una buena forma de estudiar. No veo esto como una obligación, sino como un juego”, responde mientras balancea los pies sobre la silla y convence de que lo suyo se trata de un misión personal y no una imposición.

Estudia becada en el Saco Oliveros desde cuarto de primaria. Ahí conoció a Cristian Altamirano, un compañero que fue becado al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Mónica también quiere viajar a Estados Unidos para estudiar ciencias de la computación, matemática pura o ingeniería mecatrónica. Aún no se decide por una de ellas, pero ya aprende inglés pues es uno de los tantos requisitos que debe cumplir para aplicar a una beca.

Deja de reír cuando le decimos “cerebrito”. Es inevitable imaginar ese sobrenombre, pues su experiencia en las aulas se remonta a sus dos años de edad. “Mi mamá (Nelly Sánchez) decidió estudiar Enfermería cuando yo nací. Me llevaba a sus clases cuando yo tenía uno o dos años. Yo no me acuerdo, pero ella me lo cuenta. Sus profesores nunca le impidieron ingresar al aula conmigo. Al contrario, sus amigas le ayudaban a cuidarme”.

De su padre, Miguel Martínez, un instructor canino que ha ganado distintos trofeos en su rubro, heredó la perseverancia y el gusto por la excelencia. Fue él quien le regaló un par de perritos que se multiplicaron y ahora suman diez. Son esos cachorros con los que cada domingo juega y vuelve a ser una niña.

Su apariencia infantil contrasta con esa madurez que le permite esbozar un mensaje a las escolares que buscan seguir el camino de los números: “Nosotras tenemos las mismas capacidades que los hombres. Si alguien te dice que eres inferior, lo dicen solo porque tienen miedo de que tú los superes, no porque seas inferior”.


Andy Livise
Periodista. Escribe en utero.pe