Mujer, científica, magíster, docente, doctora, investigadora, madre y feminista. Si alguien lee todo lo que ella es y hace, le faltaría el aire para completar el enunciado. Magaly Blas estudió medicina en la Universidad Cayetano Heredia, maestría y doctorado en la Universidad de Washington y es directora del programa “Mamás de Río”, que hizo realidad gracias al financiamiento que ganó vía concurso Ideas Audaces de Concytec. La ciencia y sus decisiones profesionales, según nos cuenta, le han transformado el pensamiento.
Ama la Selva. Se enamoró de ese lugar cuando todavía era estudiante y fue una de las razones por las que eligió su especialidad.
“En el segundo año de mi carrera, cuando mi esposo y yo éramos enamorados, tuvimos la oportunidad de viajar a una comunidad rural en la Selva y trabajamos con agentes comunitarios para hacer una evaluación del nivel de vitamina A y anemia en niños en un área donde no había luz. El hecho de haber estado en campo y no metida en un hospital esperando que la gente venga a verme fue mi impulso”.
Magaly terminó el colegio a la temprana edad de 14 años. “Mi madre hizo lo que jamás debe hacerse con ningún niño, adelantarme un año de estudio”, comenta con un poco de humor. A pesar de ello, a los 15 tenía tres caminos para elegir, veterinaria, medicina o literatura. Sus abuelos maternos y su madre, quienes fueron responsables de su crianza, la convencieron para que estudie medicina. Y ha sido, para suerte suya, según nos dice, la mejor decisión de su vida.
Pero no todo es color de rosa para una mujer de ciencia, sobre todo para aquellas que eligen ser madres.
“Por ejemplo, si tienes un bebé debes tomarte el tiempo para darle de lactar y todo lo que requiere la crianza. Esa de por sí es una barrera para poder surgir a la misma velocidad que un hombre”, explica.
Para ella es un desafío dedicarse a la ciencia, aún más en el interior del país: a veces pasa que, cuando llega a un lugar como directora de una investigación acompañada del coordinador del proyecto, las personas creen que él es el director y ella su asistente.
MÉDICA ATÍPICA
Hay otro conflicto que debe enfrentar, pues no se trata de una médica cualquiera. “Siempre que digo que soy médica me preguntan ¿y dónde están tus pacientes?”. La doctora Blas se especializó en Salud Pública, una rama de la medicina dedicada a la prevención. “Mi paciente es toda una población”, nos cuenta. Su mejor receta es la prevención.
De hecho, “Mamás de Río” es un sueño que está cumpliendo. Se trata de un proyecto que tiene como objetivo mejorar la salud materna e infantil en áreas rurales de la Amazonía peruana. “El proyecto brinda a los agentes de salud de la localidad un celular inteligente con una aplicación para que puedan reportar alarmas de la gestante y el niño, nuevos embarazos y nuevos nacimientos en la comunidad”, nos explica.
LA CIENCIA COMO HERRAMIENTA DE TRANSFORMACIÓN
Antes de ser directora del proyecto Mamás de Río, la protagonista de esta historia trabajó también en el área de prevención del VIH, el virus causante del SIDA. Gracias a esa especialidad, descubrió también un estímulo para continuar trabajando con poblaciones vulnerables.
“Fue una experiencia muy rica porque nunca antes había podido hablar con una persona gay. Entonces mi investigación se enfocaba en que se hagan la prueba del VIH pero debajo de eso hay un mundo increíble empezando por el rechazo que ellos viven desde su casa. Este tipo de testimonios me ayudó entenderlos un montón”, recuerda la investigadora.
La ciencia acercó a Magaly al ser humano. A comprender la complejidad de su personalidad, la razón o motivación de su comportamiento. En síntesis cultivó la empatía a partir de la ciencia. “Aprendí a ver las cosas desde el punto de vista de la persona. La ciencia te ayuda mucho a profundizar en otros de entornos completamente diferentes. A entenderlos”, agrega.
LA CIENCIA Y LA LITERATURA
Se casó con Isaac, con quien sale desde los primeros años de universidad. Tienen más de 20 años juntos y también dos hijas, una de seis y otra que acaba de cumplir cinco años. Él también es médico e investigador como ella. Ambos trabajan juntos la mayoría de veces y se reparten equitativamente las tareas del hogar.
De esos tiempos en que pensaba en la literatura como carrera le ha quedado un afición por la lectura que comparte con su hija mayor. Ahora están leyendo juntas “The Spirit Catches You and You Fall Down”, que en español significa “El espíritu te atrapa y tú caes”, escrito por la autora estadounidense Anne Fadiman. El libro es el ejemplo perfecto de lo que vive Magaly en su día a día. Se trata de la historia de una niña en medio de un choque cultural entre su lugar de origen, Laos, Asia, y el sistema de salud de California en Estados Unidos.
“Es un libro precioso de cómo interpretan las convulsiones las personas en una comunidad. Para sus padres la convulsión es una bendición, es como que puedes comunicarte con el más allá, pero para occidente es una enfermedad que casi la lleva a la muerte. Es exactamente lo que yo vivo en mi trabajo”, nos resume la investigadora.
Magaly tiene muchos sueños, entre ellos es que en el Perú las condiciones en el acceso a la salud sean las mismas para todos. La ciencia no solo disparó la empatía de Magaly Blas sino que remeció los cimientos de su formación social y transformó su visión de país y de mundo.
Laura Grados
Periodista. Escribe en Utero.pe