Comunicadora de profesión, siempre estuvo interesada en el tema de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Angela Zelada, trabaja para lograr una convivencia pacífica entre escolares (en las aulas). Ahora, es la responsable de un programa de voluntariado universitario dedicado a combatir el bullying escolar.
Las cifras de violencia escolar en Perú son alarmantes. Según el Ministerio de Educación, en el 2017 se registraron 5591 denuncias por bullying. Este problema social que afecta a menores de edad se presenta de diversas formas: desde el acoso virtual, la violencia psicológica hasta las agresiones físicas. Ante esta situación, era necesario tomar acción para prevenir y combatir el maltrato entre estudiantes. Por ello, en el 2013, un grupo de profesionales fundó la asociación “Convivencia en la escuela”.
A través de un programa de voluntariado universitario, la asociación realiza talleres dirigidos a niños y adolescentes con el objetivo de promover valores que permitan una convivencia pacífica dentro y fuera de las aulas. La comunicadora Angela Zelada Vereau está a cargo de este programa y es la responsable de que este proceso de formación humana vaya por buen camino.
“El programa fue idea del fundador de la asociación (el educador Jorge De Luise). Yo me uní años después para organizar la implementación del voluntariado y cubrir los vacíos que habíamos detectado en la escuela sobre el trabajo a nivel personal con los escolares”, cuenta Zelada, directora ejecutiva de “Convivencia en la escuela”.
Cuando empezaron, tuvieron que ir tocando puertas. El colegio “Los Próceres” fue la primera institución con la que trabajaron. Ahora, el programa ha crecido, cuentan con el apoyo del Estado peruano y el reconocimiento de las Naciones Unidas (ONU).
En mayo pasado, la asociación firmó un convenio con la UGEL 07 para que se dicten talleres contra el bullying a alumnos de colegios de los distritos de San Luis, San Borja, Surquillo, Miraflores, Barranco, Santiago de Surco y Chorrillos.
Zelada resalta que los niños y adolescentes “no sólo van a informarse al colegio”, sino que principalmente “van a aprender a convivir”. “Ese el segundo espacio de socialización más importante después de la familia”, dice.
Para iniciar una nueva dinámica de grupo, los talleres se realizan en espacios fuera del aula y en días en los que no hay clases. Normalmente son los sábados por las mañanas en lugares como un local parroquial en San Juan de Miraflores o el auditorio municipal de Surco.
El trabajo empieza capacitando a los jóvenes universitarios que dictarán los talleres. “Ellos se convierten en facilitadores de importantes procesos de transformación y crecimiento personal de los escolares y a mí me encanta verlos cada día más afianzados en lo que hacen, desarrollando su liderazgo, talentos, capacidades organizativas, aprendiendo de sus errores”, cuenta.
En este proceso, aplican una metodología llamada “la cascada”, la cual tiene el objetivo de que los escolares que reciben los talleres dictados por los universitarios apliquen sus propias dinámicas en sus respectivos colegios. “Es un desafío inmenso, con muchos retos en el camino y de toda índole, pero también lleno de satisfacciones porque cada vida en la que impactamos positivamente nos llena de orgullo”, dice Zelada.
En un contexto de incremento de los índices de casos de violencia escolar y de género, es importante el trabajo de asociaciones como “Convivencia en la escuela”, integrada por personas que por iniciativa propia buscan un cambio positivo en la sociedad. Como resalta Angela Zelada, se trata de una organización que promueve valores como la tolerancia y el respeto, con lo que ayuda a combatir todo tipo de discriminación.
Escribe: Jorge Paucar