Lizia Rivera, la arquitecta de los parques autosostenibles
Desde niña, despertó su interés por el trabajo con la madera. Su padre, un arquitecto dedicado a la elaboración de productos publicitarios, tenía un taller en La Victoria y ahí veía con curiosidad el proceso de transformación de la materia prima. Ese interés la llevó a estudiar arquitectura en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y a seguir el trabajo con la madera, pero ahora lo hace con el agregado de tener un enfoque social y ambiental.
Lizia Rivera es CEO de Antarki, una empresa social que, desde el 2016, se dedica a la fabricación de lentes de sol hechos con bambú y a la construcción de parques productivos y eco-sostenibles.
“El bambú es un material extraordinario con el que se pueden hacer infinidad de productos, desde lentes de sol, cuadernos, mesas hasta casas. La transformación del bambú es bastante dinámica, es conocido como el acero vegetal”, explica la joven arquitecta.
La primera producción de Antarki se hizo con bambú obtenido de un terreno que la familia de Lizia tiene en Huancayo, pero luego fue sacando materia prima de un parque de Santa Anita. “Lo que hacemos es comprar el bambú de estos parques y poder, con ese dinero darle mantenimiento al parque”, dice Lizia, cuya empresa ha sembrado bambú en Santa Anita, la UNI y actualmente está construyendo su parque principal en Villa El Salvador.
Para este proyecto, la empresa trabaja con los vecinos de la zona, con quienes se reúne los domingos. Son ellos los que han participado en la elección del modelo del parque, están apoyando en la construcción y luego trabajarán en la plantación del bambú y recolección de la madera. Con ello, entre los vecinos y los jóvenes de Antarki, se ha formado una relación que Lizia valora.
“Una tarde, de pronto, una señora que no había asistido a ninguna de las reuniones, pero es de la zona y vende comida en el mercado, llegó trayéndonos platos de carapulcra. Eso fue como una retribución, un aporte y un reconocimiento. Nos sentimos parte de la comunidad”, cuenta.
Los miembros de esta empresa social y eco-sostenible son egresados de la UNI, que anteriormente, fueron parte del equipo multidisciplinario en el proyecto Ayni, reconocido en el Decathlon 2015. Esta experiencia en la construcción de una vivienda solar de madera y con uso eficiente de energías renovables, los animó a seguir en esta línea. “Nos dimos cuenta de la falta de sostenibilidad de la madera en Perú, un país con gran cantidad de bosques”, señala Lizia.
En el camino, esta joven arquitecta y sus socios han encontrado dificultades para mantener la empresa, especialmente considerando que no se trata de algo puramente comercial y lucrativo, sino que tienen objetivos sociales y ambientales. “En otros países de Europa tienen una categoría especial para las empresas verdes, especialmente en el tema tributario que es donde más problemas hemos encontrado. Por ello, un grupo de emprendedores estamos pensando en formar una ‘Coalición Verde’ para pedir leyes que nos tomen en cuenta”, dice.
Lizia también ha tenido que superar otro tipo de obstáculos por trabajar en un sector que por costumbre se relacionaba a los hombres. “Como siempre voy a reuniones con Félix Libio (su socio en Antarki), yo expongo el proyecto en general porque soy la CEO y él la parte más técnica. Y para cerrar el trato, los empresarios solo se comunicaban y se dirigían a él. Me obviaron, hicieron como si yo no existiera. Pero supe hacerme respetar, no quedarme callada, decir las cosas de frente. Esto existe, pero poco a poco debe cambiar. A veces me afectaba un poco, pensaba que había hecho algo malo, pero el problema no está en nosotras sino en la otra persona”, afirma.
Este ánimo por superar las dificultades que se encuentren en el camino, lo encontró Lizia en su trabajo con las mujeres de VES. Notó un gran compromiso con el proyecto del parque eco-sostenible. “Las mujeres son las más aguerridas para trabajar, son las cabezas, las que mueven todo, son proactivas, hasta las niñas vienen a ayudar. Eso me ha sorprendido muchísimo. Si hay alguna dificultad, son ellas las que proponen soluciones y dicen que sí se puede, se organizan y, por ejemplo, ya hicieron polladas para recolectar dinero para el parque”, cuenta la arquitecta.
Antarki tiene proyectado terminar este parque eco-sostenible para fines de este año y, actualmente, están trabajando en producir una línea de lentes ópticos con madera de bambú. El valor de estos productos no solo está en la estética, sino que al comprarlos el consumidor generará un impacto positivo en las vidas de otras personas y en el medio ambiente. Con ello, se genera, como dice Lizia, un “círculo virtuoso”, que es lo que caracteriza a los proyectos sostenibles.
Jorge Paucar
Periodista. Escribe en Lamula.pe