El pasado siempre importa
Cuando el color de tu piel tiene una historia larga y dolorosa que pocos se animan a recordar, es preciso tomar las riendas de la búsqueda. Angie Campos eligió ese camino. Tenía 21 años cuando empezó a interesarse por conocer más y mejor de la cultura afroperuana que la define.
Mientras más aprendía sobre el pasado de ese pueblo tantas veces olvidado y sometido a múltiples abusos, descubría también que a la privación de libertades le siguió un firme intento de destruirles el pasado: en comparación con otros pueblos que se establecieron en el Perú, a los afrodescendientes se les satanizó por sus tradiciones y se les humilló por sus raíces. Por eso, Angie hoy dedica su tiempo y su esfuerzo a transformar el olvido en orgullo y el abuso en lección de resistencia. Su objetivo, y el que nos debería involucrar a todos, es el rescate y revalorización de esa historia negada.
A través de ASHANTI PERÚ, una red de jóvenes afrodescendientes que busca recuperar esa identidad, ha logrado visibilizar la problemática pero, sobre todo, el inmenso valor que trae a nuestra sociedad esta comunidad.
Es impresionante ver la intensa lucha que enfrenta Angie diariamente. En esa batalla que comparte con sus pares para derrumbar prejuicios, busca también romper con todas las lupas que se posan especialmente sobre las mujeres por el simple hecho de tener otro color de piel. He ahí la importancia de los talleres de empoderamiento que desarrolla para la comunidad y de las intervenciones callejeras, que buscan sorprender e informar al peatón distraído.
En un mes lleno de actividades y eventos -junio ha sido designado como el mes de la cultura afroperuana- conocer a una de sus representantes es una gran oportunidad para aproximarse y entender, para empezar a deshacerse de las lupas y apreciar sin filtros lo que somos.