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Mujeres Que Transforman es una plataforma que busca visibilizar los emprendimientos que realizan las mujeres en el Perú, así como las problemáticas y desafíos al que se enfrentan día tras día.

Este es el momento en el que el feminismo debe presionar más fuerte

La poesía es su oficio y el feminismo, su lucha. Victoria Guerrero Peirano (Lima, 1971), destacada poeta de la Generación de los 90, que es distinguible por la contundencia en el ritmo y el filo de sus frases, reconoce haber basado la comodidad de su escritura en la libre experimentación, lo cual la ha llevado a probar desde poemas en prosa hasta ensayos y una novela estrambótica ‘Un golpe de dados (novelita sentimental pequeño-burguesa)’ (2014 y 2016).

Guerrero situó sus primeras publicaciones en un contexto marcado por el fujimorato, empatizando vivencialmente con autores como Roxana Crisólogo, Miguel Ildefonso, Martín Rodríguez-Gaona, Ericka Ghersi, Luis Fernando Chueca. Durante esa década, pese a la cruda represión sufrida, según su lectura, muchos, incluyéndose -como con su segundo libro ‘Cisnes estrangulados’, publicado en 1996-, se refugiaron en la idea de la escritura más vinculada a la familia, al hogar, a lo íntimo. Visto en perspectiva, como una gran metáfora del encierro. Luego, cuando el contexto cambió, esa rebeldía contenida en ellos mismos desbordó, haciendo del tema de la violencia política el más dominante. Como lo es, por ejemplo, en ‘Ya nadie incendia el mundo’ (2005), según el crítico literario Ricardo González Vigil, “uno de los poemarios más admirables de las letras hispanoamericanas últimas”.

“Ya nadie incendia el mundo de esa manera, pero quizás lo podamos incendiar de otras” sostiene Victoria. Y quizás una de esas formas a las que se refiere sea hoy esa férrea lucha para que las mujeres no sigan viviendo la violencia histórica del machismo. Machismo que, respirado a diario por dónde se vaya y se esté, no debiera requerir en principio de mucha observación o poseer un elevado espíritu crítico para identificarlo. Sin embargo, sigue siendo una misión fundamental visibilizar las diversas formas que cobra este inmenso flagelo.

Pues bien, no siendo la escena cultural impermeable a ideas tan absurdas como que un hombre sea más capaz que una mujer para las artes por el hecho de haber nacido hombre; ideas estas que se sostienen y se mantienen por realidades disparejas, potencialmente cambiables, reivindicables; es que Victoria ha elegido combatirlo desde la trinchera de un activismo cultural feminista .

Si “la voz del intelectual en la sociedad ha perdido hace mucho un lugar”, ¿qué lugar ocupa la voz de la mujer en el ámbito intelectual?, cabría cuestionarse. Y la poeta responde, producto de este hartazgo, con la formación del colectivo feminista Comando Plath, conformado por mujeres escritoras, artistas, intelectuales. Y como todo movimiento de reclamo, protesta ciudadana/cultural, busca y consigue incomodar para llamar la atención del problema y de la justificada indignación por el mismo.

Y pese a las inevitables e innumerables tensiones, críticas, discusiones, excesos, polarizaciones, que forman parte del camino al colocarlo en la agenda nacional, para exigir los cambios que sean necesarios, ellas avanzan.

 



Gonzalo Toledo
CM de Lamula.pe